¡Increíble e inigualable!
No hay mejores adjetivos para describir a Inés y todo su trabajo.
Desde el primer momento, nos hizo sentir cómodos y relajados. Nos daba miedo que las fotos no fuesen naturales dado que no somos expertos modelos jajajaja pero su cercanía, profesionalidad y atención al detalle nos hicieron disfrutar de cada minuto con ella.
Además capturó todos los momentos especiales de nuestro día con una sensibilidad y creatividad excepcionales.
Las fotos son simplemente impresionantes y reflejan perfectamente la alegría y el amor que sentimos todos.
¡No podríamos estar más felices con el resultado!
Y no somos los únicos que pensaron así…cuando enseñamos las fotos, muchos amigos se han animado a contar con ella el día de su boda.
MARTA & YAGO
LA BODA DE MARTA Y YAGO
Finca
La Jarillas
UN DÍA INOLVIDABLE ENTRE LLUVIA Y RISAS
La boda de Marta y Yago fue una de esas que te dejan huella.
Desde los preparativos de Marta en casa de sus padres, el día comenzó con un reto divertido: ¡lograr que su perro saliera en las fotos! Tras algunos intentos y un par de galletas, lo conseguimos. Mientras tanto, Yago, en su casa familiar, se preparaba con calma, aunque era imposible no notar su emoción.
La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de ICADE, un escenario perfecto para un día tan especial. Las miradas cómplices entre Marta y Yago lo decían todo. Además, la decoración floral fue obra de la madre de Yago, y el impresionante arco de flores a la salida fue el toque final perfecto. Los novios salieron entre aplausos y una lluvia de pétalos, rodeados de sus sus amigos y familiares.
Después de la ceremonia, nos dirigimos a la finca Las Jarillas, un lugar mágico para bodas en Madrid, donde los novios hicieron una entrada espectacular en un coche antiguo que dejó a todos fascinados. De hecho las fotos que más me gustan de la pareja son las que hicimos con en coche.
Luego durante el cóctel, los invitados sorprendieron a Marta y Yago con un grupo en directo que añadió un toque único al ambiente.
Todo iba genial hasta que… ¡empezó a llover! Imaginaos a todos los invitados corriendo para refugiarse, con risas y copas en mano, mientras intentaban cubrirse como podían. Pero no duró mucho el caos; el equipo de la finca se puso manos a la obra y, como por arte de magia, secaron todo. Al final, la cena pudo seguir al aire libre, bajo un cielo despejado y lleno de estrellas (alguna servilleta seguía mojada pero eso no le quitó ni una pizca de encanto a la cena).
El fiestón que siguió fue memorable. La pista de baile en Las Jarillas no se vació ni un segundo, y los invitados lo dieron todo hasta el final. Marta y Yago disfrutaron de cada momento, rodeados de amigos y familiares. Nosotros les dejamos pasada la 1 de la mañana y creo que la fiesta duró muchas horas más.
Fotografiar esta boda fue un auténtico placer para mí.
Cada detalle, cada anécdota, fue capturado con la intención de contar su historia tal como la vivieron. Disfruté muchísimo trabajando en su boda y me llevo un recuerdo muy especial de este día.
